La idea la saqué de la novela juvenil Los Buscadores de Libros. En ella dos niños, Emily y James, participan en una búsqueda de libros, para la cual deben ir decodificando distintos mensajes.
Tenía libros comprados para los dos mayores, de las series que cada uno de ellos están leyendo, así que en vez de simplemente dárselos, decidí esconderlos y ponerles dónde buscar en un mensaje cifrado. Para empezar cogí un código sencillo de resolver, simplemente un código de sustitución, que incluía también la clave. Les puse el mensajito enrollado sin decirles nada más. Los dos lo descubrieron enseguida, lo decodificaron y encontraron sus respectivos libros y les encantó la idea.
El peque de la casa enseguida protestó que como él no tenía un mensajito, así que rápidamente preparé también uno para él, como sus habilidades lectoras son todavía básicas, a él en lugar de ponerle una frase entera le puse solo el lugar donde le había escondido una sorpresita. Estuvo un rato largo muy entretenido descodificando su mensaje y muy contento cuando supo donde buscar su tesoro.
Para codificar el mensaje utilice está web https://orangepiweb.es/codigos/secreto/index.php
Dado el éxito que ha tenido, repetiré la idea, aumentando gradualmente la dificultad de decodificación de los mensajes.
La novela también os la recomiendo sobre todo si, como a mí, os gustan los libros sobre libros. Después de leerla he apuntado en mi lista una relectura de los relatos de Edgar Allan Poe, que tienen un papel importante en la trama de Los Buscadores de Libros
No hay comentarios:
Publicar un comentario